viernes, 9 de octubre de 2009

AMANECER...





"tres tristes tigres comen trigo en un trigal..."

Cada una dentro del alma guarda el secreto del amor; en su forma, en su fondo, sabor, contenido, contexto, tamaño y dimensión.
¿Qué es lo que nos une?, jamás pensé estar con ellas, ni ellas conmigo... tan diferentes y al mismo tiempo tan iguales. Suponemos que tuvo que pasar, que fue cosa del destino, que así se completan caminos y se disfrutan de amaneceres tornados en largos líos que alguna vez se vuelven amistad, una amistad verdadera, una amistad duradera, una amistad tripartita...

Había llegado tarde, su silueta me hacía recordar a alguien más, pero no... no era ella, era alguien mejor. Caminé a su tras, pero no lo notó. Llegamos al mismo salón, ¡oh, coincidencia!, me senté al último y mantuve la esperanza de poder observar el amanecer de algo nuevo, el amanecer de una verdadera amistad.
Me sorprendió cuando la vi, había cambiado tanto desde hace mucho tiempo cuando la conocí. ¿Quieres hacer grupo con nosotras?-me preguntó, indudablemente dije...sí, un sí no tan real que marcó el inicio de toda esta amistad.
No, primera impresión errada, me dejó muda su actitud, ¿romper un trabajo? ¿arrugarlo en los últimos minutos de entrega? y el resultado... basura. Pensé en lo histérica y perfeccionista que podría llegar a ser, y la tal vez antipática del salón, sin embargo, un giro rotundo me deslumbró. Ambas lo seguirán haciendo.
Su sonrisa era inspiradora, su mirada era soñadora, la había escuchado antes, ese seseo casual constante. Para entonces no sabía que era ella, mi primera impresión: niña tierna, en ocasiones constante alegría. A veces callada, hasta parecía sumisa, pero no. Conclusión errónea. Descubrí. Era valiente. Te quiero. Las amo.

En fin, ocasión tras ocasión hila una frazada que nos abriga en el invierno y un paraguas que nos protege de la lluvia; un abanico que nos refresca en el verano cuando nos falta el aliento y un sombrero para el sol apremiante de la primavera.
Ellas son..