viernes, 26 de febrero de 2010

Te recuerdo en esta madrugada

Recuerdo como hoy cada canción que solías poner, con la suavidad que podían cautivar en momentos que a nuestro modo cada uno podía sentir.

Recuerdo cada carcajada al ni si-quiera comenzar nuestra tarea, pero con un goce tremendo cin importarnos la hora.

Recuerdo cada incoherencia pronunciada o balbuceada por el sueño que nos invadía y no sentir ni entender lo que hacíamos.

Recuerdo cada día que amanecí contigo...con el frío característico propio de cada madrugada; pero con un abrigo muy grande, el cariño tuyo.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Mar AzuL

escuchando piel de agua la nostalgia vino a mi.
Como las olas que siempre buscan el camino, vienen del horizonte y aquí en la tierra fenecen, nada más triste, nada más melancólico, nada más absurdamente real.

Porque asi como ellas , todo se va; el tiempo se carga con él los años y con estos lleva a su borda nuestras vidas, y las sumerge, ¿quién sabe?, ¿a donde las llevará?; muchas veces se entrecruzan, así ,como las olas que se golpean porque no hay de otra, así se vive aquí el día a día.

Y entonces ver el azul a tal claridad, océano intacto, virgen de los momentos, de los recuerdos y de aquellos instantes donde te sumerges, y nada importa más.

Siendo el agua salada la que te cubre , la que se materializa en la superficie, en el fondo, y atrapa tus sentidos, los entumece, y tú pensando en nada, ni en la distancia, ni en la suerte, ni en la vida. te dejas ir , te dejas venir, y tu cuerpo es el muñeco que la mar domina, ¿es tu piel, o es su piel?. ya se confunden, juntos el elemento y tú son uno.

Y entonces aparece el no sé qué, el no sé dónde , el no sé cuándo que te hace feliz.

¿Qué eres? ,cuerpo te respondes, y aún así sigues siendo algo más, la vida ebulle de ti, el espíritu se materializó, o ya la mar caló en ti, en mi , en ella.....cuando el océano se va, entonces la melancolía vuelve a ti....que tal círculo vicioso, siempre ha de pasarme.

Acto Fallido

Escriba, tal vez, en respuesta a la ausencia que el viento ha dibujado tras tus pasos.
Escriba, tal vez, porque sea esta la forma de abrir los cielos y desenredar el laberinto de mis pensamientos.
Escriba, tal vez, porque mis movimientos improvisados no han logrado expresar lo que en mi interior se desgarra.
Escriba, tal vez, porque en el intento -muchas veces fallido- de saltar al vacío de mi conciencia, he visto el espejo, ese espejo, tu espejo, reflejando el más demacrado de todos los rostros.
Escriba, tal vez, porque estos ojos se han cansado de lo tormentoso de tus contradicciones; porque los altos y bajos de tus melodías han permitido piedad a aquellos desgastados dedos.

Escriba porque, tal vez, no encuentre otra escapatoria que tus ojos sobre estas letras, y así, solo así puedas darte cuenta que no quise...