Así como buscan las olas la orilla del mar, busco yo con ansiedad los brazos de Morfeo...
El sueño, tan delicado, tan delicioso como el mejor aroma de aquella flor...
Superando a veces a los más grandes sentimientos, éste, tan peculiar, no tiene forma, no tiene singularidad...
Todos lo sienten, con dolor, con pasión,
y, en algún momento todos gritan por él con desesperación,
Tengo sueño, mucho sueño
diacepán.
ResponderEliminar-Anónimo
sí, eso hace efecto.
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