viernes, 13 de noviembre de 2009

PARA LOS QUE APRECIAN EL ARTE DE CAMINAR SOLOS


Me levanté luego de una pequeña siesta, amarré mi cabello y fui de frente a coger mi morral, un poco de dinero y a despedir adioses a quien no los necesitaba. Quería estar sola.

(recordé que amo la soledad)

Salí de casa y resulté sentada en una banca de la plaza de armas, observando flamear las banderas colocadas sobre el Hotel Libertadores. Quería pensar.

(recordé que amo pensar)

Las campanas de la catedral empezaron a sonar. Eran las 6 en punto y mi mente volaba. El viento soplaba fuerte y frío. Me negué a ponerme la chaqueta.

(recordé que amo el frío)

Y entonces, me levanté y medité en lo maravilloso que es caminar. En lo maravilloso que es tener un par de piernas completas y fuertes como para andar kilómetros sin parar.

(recordé que amo caminar)

Las calles estaban muy tranquilas. La tarde ya pintada de naranja con aires a oscuridad, y el cielo , espectacular, dibujaba un hermoso arco iris. Todo apuntando un nuevo pacto. Casi se me cae la baba de tan hermoso escenario, es más, me tropecé.

(recordé que amo las caídas)

Me erguí nuevamente y seguí mi camino.
Luego de comprar un par de cosas por ahí y delirar porque no encontraba algo que me guste al cien por ciento,

(recordé que odio ir de compras)

imaginé volar hasta la base de aquel fenómeno maravilloso para encontrar una olla llena de monedas de oro (o punto o), bromeo. Imaginé volar hasta la base de aquel maravilloso fenómeno para poder ver sus ojos más de cerca y oler su aroma una vez más.

(eso no olvidé)

En fin.
Los minutos de mi anhelada y solitaria tarde volaron como yo anhelo volar: muy rápido, muy alto. Y me dejó perdida en la cochina ilusión que me prometía un para siempre.

-silencio-

(recordé que amo el silencio)

(recordé que te amo)

(...)

6 comentarios:

  1. Tremenda soledad que pareciera nacer en los huesos; un día se prometió la naturaleza, su fin, siéndolo hasta ahora. La otra vez, leyendo esto recordé, cuán amor era fin, es decir, cuán feliz era la soledad, el defectuosa y enigmática, no obstante placentera e intelectual, era la naturaleza con ella. El casi trote, el paso lento, los espectros lumínicos que se traducen en un momento, dicen el momento, el momento tal vez azaroso, quizá el oportuno; ahí el párpado se dilata, se traduce en no más que en intemporalidad. No sabría qué decir, ya. Está solo uno, aun así ama, estando solo. En fin.


    Saludos,

    y buenas
    noches.

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  2. y aunq amo mi soledad... ahora es dificil estar sola...

    saludos cordiales...

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  3. comunidad tripartitas agradece sus comentarios
    TÙ-- la soledad es nuestra más incondicional amiga.

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  4. Más de allá de caminar sola, el arte está en apreciar lo bello de la soledad. Sin embargo, esa belleza no es absoluta (como todo lo que nace de nuestra mente, ergo humano), pues la compañía y el "no estar solos" es también hermoso..y, para algunos otros, un arte.

    C.emp.

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  5. Y yo sè que te amo mucho más, aunque no es reciproco :D (bromeo)
    El silencio, la soledad, el volar, meditar y vivir el día a día forma parte de la personalidad tan heterogénea de cada uno, pero sin duda es por ella misma que la convierten en especiales.
    me gusto mucho esto, felicitaciones ! :)
    -G.L.G.´-

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  6. En soledad, sí, pero solitaria ¿nunca? todos queremos un momento de quietud para poder apreciar el movimiento ¿No crees? ey! te encontre...

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